La seguridad alimentaria no deja de ser una de las más grandes preocupaciones de la industria, considerando las proyecciones de la Organización Mundial de la Salud que estima que al menos 1 de cada 10 personas verá afectada su salud por incidentes relacionados a la seguridad alimentaria. Pero ¿cómo podemos reducir riesgos? ¿cómo llevarlos al mínimo o incluso que sean incidentes anecdóticos?
Hemos encontrado que todo diseño de inocuidad debe ir acompañado del establecimiento de una cultura de la seguridad aliementaria, y son los ejecutivos quienes deben encabezarla.
La forma en que percibimos nuestros entorno, nuestras creencias y pensamientos deben estar alineados a ciertos principios relacionados a la importancia de la prevención de enfermades provenientes de los alimentos.
El enfoque en la seguridad alimentaria en el equipo de trabajo influye naturalmente en el comportamiento diario. Hablámos de hábitos, de la forma en la que hacemos las cosas, y todo ello debe ejemplificado por el equipo gerencial, encargado de convencer al resto acerca de la importancia, por ejemplo, de lavarse las manos luego de ir al baño, o cambiar las tablas si se ha picado carne o vegetales. Es un asunto netamente cultural que debe estar y permanecer en el seno del talento humano.
Insistimos, el liderazgo de los directivos es fundamental para conseguir los objetivos y ganar tranquilidad sobre problemas comunes de contaminación que afectan la rentabilidad y reputación de las empresas.
Hay muchas estrategias y formas de lograr el establecimiento de una cultura de la seguridad alimentaria. La información y la posterior comprensión es vital para resolver estos problemas.