La inocuidad alimentaria puede definirse como el grupo de condiciones y medidas correctas a lo largo de la producción, almacenamiento, repartición y preparación de alimentos para garantizar que una vez ingeridos, no constituyan un peligro para la salud.
Por otro lado, el término calidad, se fundamenta en tener una excelente construcción o procedencia de los productos. Cuando se habla de cualitativo de calidad, implica que ha pasado por una secuencia de pruebas o referencias, las cuales otorgan la garantía de que es óptimo.
Mientras que la inocuidad en cadenas agroalimentarias, por ejemplo, se estima una responsabilidad conjunta entre instituciones del Estado, la industria y los clientes.
El primero cumple la capacidad de rectoría al generar las condiciones del medio ambiente y el marco normativo primordial para regular las ocupaciones de la industria alimentaria en el pleno interés de productores y clientes.
El segundo, a través del uso de ciertos productos y protocolos establecidos, deberá cumplir con todo el marco normativo del primero, para garantizarle al cliente final un producto perfecto para el consumo.
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De tal manera que, la calidad de los alimentos no es más que el grupo de cualidades aceptables para los clientes, incluidas las sensoriales que son el sabor, olor, color, textura, forma y aspecto así como las higiénicas y químicas.
Todo lo mencionado nos sugiere qué tan bueno o malo podría ser y estar un producto. Sin dudas tiene relación con la realidad, pero el control de riesgos asociados a los productos destinados para el consumo humano por medio de la ingestión, debe llamarse: inocuidad alimentaria.
Sin embargo, dada la relación inherente, existe la posibilidad de mencionar que la calidad pertenece a las propiedades a ser revisadas en la inocuidad.
En Larkinven nos especializamos en la fabricación de productos y desarrollo de protocolos que garanticen una inocuidad alimentaria desde un punto de vista holístico.
